
¿Cómo diferenciar el hambre real del hambre emocional?
La forma más sencilla de explicar el hambre emocional es que es comer por otras razones diferentes al hambre, por ejemplo por aburrimiento, por tristeza, por estrés o ansiedad. Confundir los sentimientos con el apetito sin ser conscientes de esto.
Sentimos repentinamente una enorme necesidad de comer, pero ni siquiera sabemos el qué ni el porqué es tan urgente. Dejamos de mantener una relación funcional (quitar el hambre, alimentarnos, darnos energía para seguir) y se convierten, ciertos alimentos, en un fin desesperado para mejorar o tapar estados de animo y emociones.
La comida se convierte en algo a lo que recurrimos como “solución” fácil para aliviar a corto plazo el estrés, la tristeza, el aburrimiento o la ansiedad. Cuando estas soluciones no funcionan nos provocan sentimientos negativos y sentimientos de culpa, que probablemente intentaremos tapar o “solucionar” con comida, provocando así, un circulo vicioso del que puede ser complicado salir.
¿Cuáles son las diferencias entre el hambre física y el hambre emocional?
Existen algunas diferencias y claves que nos ayudaran a diferenciar el hambre emocional del hambre física o real:
- El hambre física es progresiva, mientras que la emocional es repentina, necesita satisfacerse rápido, ya! y sin control.
- El hambre física es paciente, poco a poco el estomago va enviando señales de aviso y puede esperar a que acabemos de cocinar o a que nos sirvan la comida si estamos en un restaurante. El hambre emocional necesita satisfacerse de inmediato y no puede esperar.
- Cuando tenemos hambre real cualquier opción de comida nos parece bien, lo que el cuerpo pide y necesita es energía para poder seguir adelante. Cuando tenemos hambre emocional no nos satisface cualquier comida, tenemos “antojos”, queremos alimentos muy concretos que generalmente no nos aportan la energía, los nutrientes y las vitaminas que necesitamos para seguir adelante.
- El hambre física se satisface con comida y cuando estas lleno dejas de comer. Cuando el hambre es emocional nunca te sientes saciado porque las señales no viene del estomago ni del cerebro, tampoco se calma la sensación de vacío o las emociones que sentimos, que nos mandan señales para que las solucionemos y por eso no se calman con comida.
No hay comida que pueda satisfacer el hambre emocional porque no necesitamos comida, necesitamos atender a nuestras emociones.
¿Qué provoca el hambre emocional?
Las emociones desagradables suelen ser grandes detonantes del comer compulsivo. Buscamos por todas formas no sentir ni expresar ciertas emociones, las consideramos incorrectas o no sabemos lidiar con ellas y por eso nos las comemos, literalmente.
Aprender a conectar con nuestros estados emocionales y a responder a ellas con otras cosas que no sean comida, es lo que se llama aprendizaje emocional.
Los alimentos con muchos azucares o grasas nos dan subidones de serotonina, que es lo que nos provoca placer y de esa forma tapamos, momentáneamente, el dolor o el displacer que sentimos dentro de nosotros y también un posible rechazo hacia nosotros mismos. Los dulces nos dan una sensación de dulzura que sentimos que falta en nuestra vida.
¿Cómo evitar el hambre emocional?
Los pensamientos críticos, las sensaciones desagradables, las emociones difíciles de gestionar, los problemas surgen en nuestro día a día, es lo que hacemos con ellas y como actuamos ante esto lo que debemos tener en cuenta.
Lo primero es aprender a observar las emociones, que las provoca, por ejemplo donde están alojada esas sensaciones, en que parte del cuerpo. Una vez localizadas esas sensaciones incomodas no queda más remedio que hacerse cargo de ellas y si vemos que no podemos enfrentarlas o se nos salen de las manos acudir a un psicólogo que es un profesional que nos escuchara y ayudara a gestionar mejor las emociones y situaciones desbordantes.
Lo importante también esta en tener hábitos sanos y comer comida que nos aporte salud y energía y empezar a distinguir los discursos internos que nos piden tapar nuestros problemas con comida y también los discursos externos que están bombardeándonos todo el tiempo, que nos confunden y nos dicen que mimarnos y darnos un capricho es comer azúcar y comida basura.
Test para saber si sufres de hambre emocional:
-
Sientes que pierdes el control ante la comida, sobre todo por la tarde o la noche.
-
Usas la comida por razones emocionales, por ejemplo, cuando te sientes triste, aburrido o para calmar el estrés o la ansiedad.
-
Pasas del control al descontrol y cuando te descontrolas tiendes a comer cosas ricas en grasas, sal o azúcar.
-
Sientes culpa, arrepentimiento y frustración sobre todo el día después de haber comido con esos excesos, pero vuelven las emociones y vuelves a caer y sientes más culpabilidad generando un circulo vicioso.
-
Crees que te falta fuerza de voluntad porque no consigues perder peso o mantenerte en el peso que lograste perder, cuando en realidad no es cuestión de fuerza de voluntad sino de aprender a afrontar las emociones de otra manera.

¿Qué es el inconsciente?
La capacidad de memoria y de precepción son limitadas y también la conciencia.
El inconsciente son actos que no controlamos, son recuerdos y experiencias que no hemos olvidado, que están almacenadas y que pueden causar síntomas e influenciar nuestra vida diaria, sin darnos cuenta y sin que podamos controlarlo sin ayuda de un profesional (Psicoanalista) que nos ayudara a hacer consiente algunas cosas que nos influyen mas allá de nuestra comprensión.
Por ejemplo, elección de parejas repetitivas, situaciones en las que caemos una y otra vez y no lo podemos evitar, ansiedad, actitudes que repetimos de nuestros padres a pesar de que nos proponemos no hacerlo, violencia, adicciones y muchas cosas mas.
El inconsciente se manifiesta a través de los sueños, los lapsus, los actos fallidos, las repeticiones, entre otras cosas.

¿Qué es un ataque de pánico o de ansiedad?
Cada día son mas frecuentes las personas que experimentan ataques de pánico o de ansiedad. Son una experiencia muy intensa y desagradable en la que no parece haber una razón aparente pero la persona comienza a sentir mucha ansiedad, miedo, angustia.
Las personas que los padecen, en muchos casos, no saben lo que les esta ocurriendo, esto les genera mucha incertidumbre y miedo.
Estos ataques se suelen confundir, debido a sus síntomas físicos, con ataques al corazón o con enfermedades cardiacas graves, por lo que muchos pacientes terminan en la sala de urgencias.
¿Cuáles son los síntomas de un ataque de pánico?
Los síntomas, aunque combinados de distintas formas, pueden ser los siguientes:
- Dolor o opresión en el pecho
- Sudoración
- Taquicardia
- Temblores
- Dificultas para respirar o sensación de ahogo
- Náuseas
- Mareos y desmayos
- Acaloramientos
- Escalofríos
- Sensación de pérdida de control
- Sensación de irrealidad
- Hormigueo en las extremidades
- Miedo a morir.
¿Cómo tratar un ataque de pánico?
El cuerpo habla, manda una señal para indicar que algo no esta bien, puede ser de forma física como cuando tenemos una infección o un virus y se manifiesta mediante fiebre. Cuando hay un malestar emocional, el cuerpo también habla. Si dejamos pasar, las manifestaciones se hacen mas grandes tanto como un ataque de pánico.
La ansiedad tiene factores inconscientes por eso, las personas no pueden decir porque les ocurren estas situaciones, estos ataques, porque los desborda la ansiedad. Las razones están en su inconsciente, están veladas.
El tratamiento de los ataques de pánico y de la ansiedad consisten en dar lugar a la palabra, en escuchar los síntomas, la historia y la vida emocional del paciente, de hacer consiente lo inconsciente ordenando todos los elementos para que su malestar deje de ser un enigma sin sentido. Que surjan los conflictos inconscientes olvidados, negados o invisibles, que son la base al ataque de pánico.
Con esta técnica, los pacientes logran reducir su malestar y reorganizar su vida en muchos más aspectos que solo los ataques de pánico o la ansiedad y no hacen falta medicación o técnicas de control o exposición.